Tristemente, debo empezar viendo lo negativo. RAP 2013 fue, a mi parecer, una bola de nieve producto de las malas gestiones que tiene su organización desde hace mucho rato. Es clara la subjetividad en la escogencia de bandas nacionales y locales -sin demeritar que las que se presentaron son buenas, pero, con todo respeto, no tienen la proyección de gente como Go Out Strangers, Mr. Bleat o Peinados Nuevos-. Es evidente la improvisación en la escogencia de una publicidad que no transmitió el espíritu del festival. Hay un alto nivel de condescendencia que no se sale de la zona de confort adquirida y que no representa a la totalidad del publico rockero local: un día entero de metal -este año en particular hubo DEMASIADO metal-, un día entero de punk y un día con un meollo de sonidos escogidos a dedillo -insisto, sin demeritar la calidad de los artistas escogidos, estamos ante una mezcla en la cual aparece un Bosnian Rainbows como gran promesa y un Living Colour que, mal o bien, es una leyenda decadente). Falta revisar la escena rockera latinoamericana actual, donde nombres como Santé Les Amis, Garotas Suecas, Bonde Do Rolê, Adanowsky, Poncho, Rosal o Juan Son, por nombrar unos pocos, son indispensables. Falta el apoyo general de los medios, quienes -salvo los de carácter público- además de no transmitir frecuentemente la música que se presenta en el festival, lo difunden a media asta.
Ahora, el espacio para lo positivo. Es bueno destacar que, a pesar de la baja en asistencia de esta versión, el público sigue creyendo en el festival y lo sigue apoyando. Es válido resaltar los numerosos discursos políticos, sociales y culturales que varias bandas expusieron en esta versión, demostrando que el rock no solo implica sacudir la cabeza, sino también ponerla a funcionar. Es interesante que se conserve la premisa de traer grupos indispensables de la historia del rock a manera de pedagogía -Cannibal Corpse es de esos grupos de metal que todo no metalero debe ver y oír para entender la dinámica y el poder de este género-. Es bueno notar que bandas icónicas como Pornomotora y La Severa Matacera siguen conservando vigencia y llamando audiencias.
Empatando todo ésto, deduzco que se cayó en la premisa de que, al ser gratis, RAP no tiene porque ser bueno, cosa grave para un festival de su reputación. Algunos critican el hecho de que el publico no apoya de corazón al festival, que las personas solo asistimos cuando hay cartel de renombre, pero que cuando ven una puesta con artistas emergentes simplemente no vamos. Esto es más que lógico. Un festival de la grandilocuencia de RAP ya no se puede dar el lujo de presentar cualquier acto por salir del paso. El público es evolutivo y exigente, además de merecer calidad en el espectáculo, conforme éste se posiciona como un referente de la escena musical regional. Si la intención es traer leyendas de antaño, se puede recurrir a nombres indispensables como Pulp, Meat Puppets o The Presidents of The USA, bandas que han marcado verdadera trascendencia en el mercado musical colombiano -levante la mano la emisora que pasó siquiera una sola canción de Living Colour en su momento de apogeo-. Si la intención es apoyar sonidos emergentes, es preciso escoger con una lupa más precisa: la que usa la gente en la ciudad para apoyar los toques cotidianos. Si la intención es no dejar de un lado géneros como el metal o el punk, sería prudente considerar menos condescendencia con éstos para revisar otras tendencias contemporáneas -más del 50% de las bandas invitadas de este año son de metal o de punk-. Por sobre todas las cosas, RAP debe ser una plataforma real de proyección regional para las nuevas bandas, fomentando que los públicos extranjeros asistan y las vean aquí, en su punto de origen -por favor olvidémonos de cosas como la gira RAP por México, es mucho más fácil y económico traer a Mahoma a la montaña-. Se requiere un apoyo real a las bandas nacionales, brindándoles condiciones de sonido y de infraestructura iguales a las de los artistas invitados -todos son músicos y todos merecen las mismas condiciones-. En síntesis, es preciso que RAP sea visto, valorado, implementado y proyectado como lo que hace mucho tiempo es: uno de los festivales más importantes de la región. Y destacar en su sitio oficial de Facebook que es "EL FESTIVAL DE ROCK MÀS GRANDE DE LATINOAMÈRICA"* no es suficiente para lograrlo.
* Nótese que MÀS y LATINOAMÈRICA aparecen en la página oficial de RAP en Facebook escritos tal cual, con acentos que no son válidos en español. Desde ahí podemos empezar a ver cuanto se está cuidando la calidad del festival en la actualidad.
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