Una serie de defectos hacen una actitud. Así abre un promocional de una franja en un canal privado. Tengo la frase metida en la cabeza desde el jueves, cuando alguien cercano la menciono, para justificar el no ser perfecto. Traigo esto a colación, junto con el título de un mensaje que recibió alguien más, hace unos días: "eres perfecto". Me pregunto: ¿qué tan sano es el amor, o cualquier otro sentimiento humano, cuando se convierte en algo perfecto?
Durante estos 31 años he vivido rodeado de un entorno en el cual la perfección ha sido la orden del día. Se me han puesto en el camino maneras varias de competencia en nombre de ella: una feroz búsqueda en procura de ser el hijo perfecto, el amigo perfecto, el alumno perfecto, el novio perfecto, el amante perfecto, el más inteligente, el más simpático, el más carismático... mas, más y más...
No hay un fin para la perfección, así que, si en un momento dado eres considerado como "perfecto", ¿significara eso que ya diste todo lo que tenías por dar? ¿Significará que ya es hora de ceder tu espacio a otra persona que cumpla la talla de perfección necesaria? ¿Acaso no es la imperfección la mayor virtud de la condición humana, teniendo en cuenta que Dios nos creó a su imagen y semejanza, mas no exactamente iguales a Él? ¿Acaso es válido hablar de perfección cuando hasta lo que se considera perfecto puede llegar a ser obsoleto o insatisfactorio cuando menos se piensa?
Para mí, es aburrida la perfección. La considero así porque, precisamente, soy un perfeccionista. Crecí en un entorno y bajo condiciones que me llevan a serlo. En una etapa de mi vida, ese afán por conseguir que todo fuera perfecto se vio reflejado en mis relaciones personales, ahí comenzaron varios errores, algunos de ellos aún no corregidos y con graves consecuencias. La perfección siempre exige que haya algo o alguien que supere lo que se considera perfecto en un momento dado, la perfección es susceptible de ser superada. Hace unos años un CD era considerado el medio magnético perfecto... malas noticias CD, hoy existen las perfectas memorias USB, y de seguro en unos cuantos años podre decir: "malas noticias memoria USB, un aparato más sofisticado te superó...".
Volviendo a las relaciones personales, me di cuenta -y aun percibo hoy día- como esa sed de perfección proyectada hacia el trato con los demás resulta ser un arma de doble filo: si hoy eres considerado un ser humano perfecto, en breve eres susceptible de que alguien sea más perfecto que tu. En ese momento aprendí que el amor, la amistad, el afecto, o cualquier expresión de sentimiento compartido nunca debe buscar la perfección. Los sentimientos humanos no deberían ser una competencia, eso es lo que nos diferencia de los animales. Entre más perfecta sea la cola de un pavo real, más posibilidades tendrá de poseer a la hembra que quiera, para así seguir el perfecto balance de procreación que exige el ciclo normal de la vida y garantizar la perfecta supervivencia de la especie. Es frustrante ver cómo, a la larga, las relaciones humanas están fundamentadas en el hecho de que nadie es indispensable, o traducido a este contexto, cómo cualquiera puede ser reemplazado en cualquier momento por alguien catalogado como perfecto. Por eso sigo preguntándome si es sano tomar la perfección como la base de las relaciones humanas.
Señor Charles Darwin, ¿acaso su teoría evolutiva, basada en el ser vivo más fuerte, va enfocada también a que tengamos que ir por la vida buscando el amor perfecto, la amistad perfecta, los contactos personales perfectos, con el fin de mantener esa fortaleza necesaria para garantizar la supervivencia en este mundo? ¿Acaso quienes creemos en compartir sentimientos basados en lo que cada uno puede y quiere brindar, pendientes más de la calidad y no de la cantidad que se está brindando, sin obsesionarnos por pensar en que alguien más esta allá afuera queriendo brindar algo "perfecto", estamos condenados a extinguirnos, porque tristemente, somos cada vez más pocos?
Se despide por ahora este imperfecto ser, posiblemente en vía de extinción, pero en procura de no perder su lado humano. Respect.
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