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miércoles, 27 de mayo de 2015

"Es preferible vivir pobre que engañado" (otra tonta historia sobre el fanatismo)

Hoy fui testigo de una de las más indignantes manifestaciones de cibermatoneo que haya visto en lo que llevo interactuando por redes sociales. Una de esas múltiples muestras de intolerancia al pensamiento libre y crítico que tan comunes se están volviendo hoy día. La espontaneidad y la autonomía que caracterizan a la Internet se ven de repente invadidas por el hambre de terquedad y subjetividad propia de aquellos que se obsesionan con tener la razón absoluta, con adorar al ídolo con pies de barro de turno o con buscar respuestas a punta de sabotear el raciocinio ajeno, llegando incluso a atentar contra derechos esenciales como la libre expresión.

Las victimas de hoy, las creadoras de la pagina "Los Bogotanos Andan Diciendo", un sitio dedicado a recoger frases espontaneas mencionadas por los bogotanos en su quehacer diario por el feroz trajín de la Atenas suramericana actual. Los victimarios: varios simpatizantes furibundos de uno de los tantos políticos actuales que, subido al poder, pretende convertirse en Mesías para una ciudadanía que no es capaz de pensar y actuar por si misma, sino que se aferra a palabras bonitas, pan viejo y circo paupérrimo. 

"Es culpa de Petro". Una sola frase, simple, espontanea, expuesta como una simple representación cotidiana de uno de los tantos sentires contemporáneos de una ciudad metrópoli como lo es ya Bogotá, se convirtió en motivo de boicot. Insultos, arengas, abucheos y maltrato en contra de las creadoras se apoderaron de los comentarios. Ellas, en un acto de abierta y genuina coartación a su libertad de expresar sus ideas, decidieron no polemizar con nadie y quitar la publicación.

"Los Bogotanos Andan Diciendo" enumera sistemáticamente cada comentario subido. A la manzana de la discordia le había correspondido el número 118. Minutos después de quitarla, decidieron colocar una frase nueva, con el mismo código de orden:



Ciertamente, si hay una culpa en todo esto. La culpa es del fanatismo exacerbado que no deja oír lo que el otro piensa, que lleva a actuar incongruentemente con la filosofía que se abandera con orgullo, que promueve ideales grandilocuentes de dientes para afuera, pero sabotea los bienes comunes siempre que logren herir el ego de su grandilocuencia. La publicación se eliminó por causa de la presión de todos aquellos que la sintieron extremadamente incomoda, a punto de sabotearla hasta lograr su cometido. Pero, en el fondo, todos los que la leímos y la comprendimos como una manera irónica de plasmar lo que hoy se vive en la ciudad, llevaremos en el corazón esa verdadera colaboración No. 118. 

Aunque con este hecho queda claro que la libertad de uno termina donde empieza la de otro más, celebro que "Los Bogotanos Andan Diciendo" sigan adelante en su camino, con el sarcasmo como respuesta: es preferible vivir pobre que engañado.

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