Traductor/Translator/Traducteur/Übersetzer

miércoles, 20 de mayo de 2015

Sobre la estupimidez (un primer esbozo)

Alguien se sube a un bus. Ve a otro alguien. Le gusta. Se le sienta al lado, al estar la silla disponible. Ese otro alguien le corresponde. Entonces se vuelve un ocho, se cambia de silla y deja la historia inconclusa.

Y así, nace un nuevo estado de la condición humana: la estupimidez.


Carlo Maria Cipolla citó la estupidez como uno de los malestares más nefastos de la sociedad actual, considerando a la gente estúpida un peligro potencial, incluso más grande que las mafias, las milicias o los extremismos políticos. Para Cipolla, la gente estúpida solo está en función de perjudicarse a si misma, para perjudicar a los demás.

Respecto a la timidez, se sabe que todos la tenemos, en mayor o menor proporción, como condición normal de defensa ante lo desconocido.

Entonces, la estupimidez viene a ser un estado en el cual se actúa combinando una reacción natural de defensa con un estado destructivo. Así las cosas, ¿no estaríamos ante una de las ya tantas formas que usamos inconscientemente los humanos para destruirnos?

Entre la cobardía genuina para proteger nuestro yo interno y la falta de capacidad para entender el entorno y desde ahí tomar decisiones sensatas, estamos convirtiéndonos en entes que solo dejan pasar la vida por encima, conformándonos luego con justificaciones estupímidas sobre lo bien que hicimos al no terminar lo que empezamos, al no luchar por lo que deseamos, al no jugárnosla el todo por el todo, incluso si el partido está a nuestro favor. Y así, entre la timidez y la estupidez, seguimos manejándonos en piloto automático, pues en últimas es más sencillo y confortable saber lo bien que estamos aquí y ahora a sentir las neuronas quemadas y el corazón arrugado por pensar 'qué hubiera pasado si lo hubiera hecho'. Porque la estupimidez no deja lugar ni a los arrepentimientos ni a los cuestionamientos.

En síntesis, nos encontramos ante dos opciones: seguir siendo estupímidos o actuar.

PD: Tuve la intención de escribir más en detalle sobre el tema, pero, si se piensa más a fondo, entrar en detalles sobre lo estúpido-tímido que se puede llegar a ser viene a ser, en si, un genuino acto de estupimidez. Quizás con el tiempo yo mismo llegue a ser lo suficientemente estupímido para escribir más en detalle sobre el tema.

1 comentario:

Rocio dijo...

Me gusto y me recordo a Facundo Cabral y su comentario acerca de los "pendejos"; basicamente el mismo principio...y los mismos resultados!

Publicar un comentario