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jueves, 19 de mayo de 2016

Sonido indispensable: BadBadNotGood


Canadá, la tierra prometida de América (entendiendo América no desde la egoísta posición de los estadounidenses, sino como todo aquello que se divisa y atraviesa desde la punta extrema de la Patagonia hasta el estrecho de Bering), es un lugar lleno de prodigios musicales que, para fortuna de nuestros oídos, distan bastante de lo que hace Justin Bieber.  

Una de estas gratas sorpresas viene desde la ciusad de Toronto. Matthew Tavares (teclados), Alexander Sowinski (batería y samples) y Chester Hansen (bajos), músicos formados en el jazz, empezaron en el 2010 una vertiginosa travesía sonora en la cual el hip-hop, la electrónica, el bebob y, desde luego, el jazz, se fusionan en una madeja ecléctica que se enreda y se desenreda hábilmente en las virtuosas manos de estos tejedores de sueños sonoros. Recientemente se les ha unido de manera oficial Leland Whitty, para acompañarlos con instrumentos acústicos que brindan aún más matices a esta abstracta y progresiva colcha de retazos.

En 2011, BadBadNotGood debutó con BBNG, un álbum homónimo, compendio de covers y canciones inéditas con el cual demostraron que lo suyo era la innovación en medio de la cansada escena musical de finales del 2000 y comienzos del Y2K10:


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Apenas un año después, lanzarían su segundo trabajo BBNG2, en el cuál las ganas de ir un paso adelante mostradas en su debut siguieron latentes:


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En el 2014, la banda regresa con III, tercera entrega de su genialidad, un trabajo que les abrió las puertas al mundo al ser su canción "Triangle" usada para uno de los ya icónicos comerciales de IPhone:


Para 2016, dos grandes sencillos son el abrebocas de IV, un nuevo trabajo que cuenta con la participación de Sam Herring (vocalista de Future Islands) y Kaytranada, otra mente musical brillante salida de la tierra de la hoja de maple:


Y así va la trayectoria de estos incesantes músicos, quienes en una corta pero fructífera carrera le han dado un necesario revolcón a estos tiempos de reencauche nostálgico. Prodigios que vienen a dejar en claro cómo la música hecha con gusto, con virtuosismo, con pasión y, sobre todo, con ganas de crear sonidos genuinos, siempre estará por encima del bien y del mal. Y de Justin Bieber, para fortuna de nuestros oídos.

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