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sábado, 19 de marzo de 2011

Nota No. 0: Manifiesto de un ciberdesplazado

Bueno... ya instalado a gusto en los nuevos terrenos, me aventuro a retomar la escritura. Lo haré contando la razón básica por la cual tuve que mudarme a Blogger. No es otra diferente al desplazamiento fortuito. Ni más ni menos.

Hace un tiempo, tenía yo una feliz parcela en los dominios de Spaces (traducido a términos simples: el servicio de blogs de Microsoft). Me la ofrecieron como todo un paraíso: "usted puede compartir aquí sus vivencias, publicar videos, mostrar sus fotos, darle una personalidad propia..." Ciertamente, hice caso del discurso persuasivo y me aventuré a construir en uno de esos fértiles terrenos. Así nació la República Independiente y Autónoma de Meneland. Un espacio de libre pensamiento, de libre palabra, de libre obra y libre omisión. Este pequeño pero poderoso territorio poco a poco empezó a tener turistas... unos, iban y venían tímidamente, opinando sobre lo bien plantados que estaban los terrenos; otros, más osados, dejaban su nombre propio y su testimonio puntual. Los escritos dejaban mostrar mi cotidianidad traducida a lenguaje HTML, las fotos reflejaban lo que mis ojos encontraban llamativo, los videos eran una forma de compartirme un poco... el país ideal estaba en apogeo.

La principal fuente de ingresos de Meneland era el turismo: forasteros asiduos por leer, curiosear fotos, escuchar música o dejar un comentario llegaban día tras día, algunos solicitaron nacionalidad y muy amablemente les fue brindada. Los turistas y nacionalizados pedían que el terreno creciera más y más: más música, más escritos, más fotos... desafortunadamente, ser presidente de un país demanda un altísimo grado de dedicación, y cuando se es a la par el mandatario de una ciberrepública y un anónimo más en el mundo real, en el cual hay que trabajar para comer, salir al exterior para ser un poco menos anónimo, dormir para recargar baterías y darse sendos golpes emocionales para crecer, las trabas son más aún. Y con el mundo real reclamándome más demanda, amenazando con cobrarme una enorme factura si no me decidía a tomarle por los cuernos, tuve que quitarme temporalmente la envestidura y abandonar el cargo. Con los consiguientes manifiestos de sus habitantes y visitantes.

Sin embargo, el fértil terreno nunca fue del todo olvidado. Siempre estuve al tanto de las peticiones hechas por turistas y residentes espontáneos, que me pedían asumir el papel presidencial con más empeño. Todo iba así, con planes de reestructuración lentos, pero pensados a largo plazo... y entonces sucedió: la megalomanía apareció de la nada y las cosas cambiaron.

Fue obra de un imperio, cuya máxima cabeza es de apellido Gates. Por razones que nunca fueron consultadas, decidieron hacer cambios. Ciertamente, con el paso de los días reflexioné que ni yo, ni los demás blogatenientes, podíamos manifestarnos mucho al respecto si tenemos en cuenta que tan solo estuvimos cultivando una tierra cuya pertenencia fue siempre del gran señor, el dueño del enorme feudo que era Spaces. Los cambios fueron radicales: aquel espacio de libre convivencia, ya no existiría. Sería condonado a Wordpress, un nuevo aliado del señor feudal, a quien se le concedió la potestad de poseer los terrenos y administrarlos desde su perspectiva. Al comienzo, nos dijeron que no sería un cambio radical y que todo era para mejorar las condiciones de nuestros espacios. No se exactamente que opción tomaron los demás, yo quise darme tiempo suficiente para pensarlo. Tuve mas o menos 6 meses para decidirme antes del plazo final para firmar contrato con el nuevo administrador, eso fue hace apenas unos días.

Leídas las condiciones, analizados los pros y contras, y en vista de que indirectamente fui obligado a instalarme dentro del nuevo sistema de gobierno, pues fueron muy enfáticos al decir que si en marzo de 2011 no me acogía a éste, Meneland desaparecería por completo, firmé los papeles. Ese sería el comienzo de un anunciado final. El nuevo sistema de gobierno resultó ser toda una demagogia: las promesas de un mejor lugar para convivir fueron reemplazadas con modelos preestablecidos, toda la creación fue aniquilada. No más videos, no más espacios para debatir, no mas sitios turísticos, no mas fotos. La majestuosa fauna y flora del sitio fue devastada y convertida en una estéril jungla unicolor, de la cual solo se pudo rescatar el compendio de escritos. Cuando quise reclamar por la forma atropellada que usaron para barrer con casi todo el valor patrimonial de una cibernación, me dieron la posibilidad de reconstruirlo, pero debía pagar una cuota de mantenimiento para poder hacer las mejoras a mi libre albedrío, de lo contrario, me vería obligado a usar lo que ellos me dieran y limitarme hasta donde ellos quisieran. El lugar, sin dudas, ya no era una tierra de todo y de todos, sino de un gran dictador que decidía como tenia que verse el todo. Dadas estas condiciones, tomé lo poco que se pudo rescatar y empecé la ardua labor de buscar un nuevo sitio en el cual esta república pudiera emerger libre e independientemente de vuelta. Y es así como llegué aquí.


No entraré a dar detalles de lo que será este nuevo lugar. Creo que él mismo hablará por su cuenta, conforme vaya pasando el tiempo y se vaya construyendo de vuelta todo lo perdido en aquel fatal cibergolpe de estado. Solo quería, con este primer escrito en este nuevo terreno, compartir mi experiencia como ciberdesplazado. E invitarlos a disfrutar un nuevo Meneland, en el cual me he podido mover como pez en el agua de un enorme, enorme océano.

Turistas, habitantes ocasionales, curiosos, bienvenidos.

1 comentario:

Nadya Gòmez dijo...

me gusta ... jejej a diferenci tuya .. yo ejé que mi espacio muriera completamente .. y no di mas lucha alli!!!

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